A menudo pensamos que tenemos todo el tiempo del mundo para encontrar nuestra verdadera pasión. Mientras tanto, aceptamos trabajos temporales, hacemos lo necesario para salir adelante y decimos que ya habrá tiempo para perseguir algo más grande. Sin darnos cuenta, los años pasan y el deseo de hacer más crece, mientras la rutina diaria nos consume.
Esa era yo, hace dos años.
Trabajaba en servicio al cliente, y aunque respeto profundamente la importancia de ese trabajo, sabía desde el principio que podía hacer más. Me despertaba cada mañana sabiendo que había algo en mí que aún no había explorado por completo. Día tras día, respondía más de 100 llamadas, y con cada timbre del teléfono sentía que mi futuro se escapaba de mis manos.
Hasta que un día decidí cambiarlo todo.
Descubrí el mundo de la tecnología. Conocí términos como HTML y CSS. Mi historial de búsquedas se llenó de preguntas como "¿Cómo aprender a programar?", y pasaba horas viendo videos en YouTube donde desconocidos me aseguraban que yo también podía aprender a codificar. Y nunca más miré atrás.
Lo que no sabía era que este viaje me llevaría a lugares que jamás imaginé, y me abriría puertas a conversaciones que nunca creí posibles. Más importante aún, despertó en mí un hambre insaciable de convertirme en la mejor versión de mí misma. Desde entonces, cada mañana enciendo mi computadora, tomo una respiración profunda, y trabajo sabiendo que, al final del día, estaré un paso más cerca de mis sueños.
Podría escribir un solo post contándoles todos los desafíos que he enfrentado desde que decidí embarcarme en este viaje: las conversaciones difíciles conmigo misma, las lecciones aprendidas... pero prefiero desglosarlas poco a poco, profundizando cada una en futuras publicaciones.
Hoy, mi vida se ha convertido en una lista de tareas llenas de oportunidades. De cosas que quiero aprender, de metas que quiero alcanzar. Me he obsesionado con la idea de perfeccionar mis habilidades. Nada me detiene. Me siento invencible porque sé que no hay nada que no pueda aprender. La versión de mí que trabajaba duro para una empresa que no valoraba mis esfuerzos estaría orgullosa de la persona que soy hoy: alguien que se despierta todos los días para mostrarse ante sí misma, cumpliendo con responsabilidad, constancia y determinación.
Aprendí rápido que en este campo, tienes que esforzarte más que los demás. Debes quedarte despierta hasta tarde, levantarte temprano y superar los obstáculos. Lo más importante, tienes que hacerlo por ti misma. No importa si estudias en un bootcamp, en la universidad o eres autodidacta; lo que realmente marca la diferencia es el tiempo que inviertes aprendiendo por tu cuenta.
Solo así sabrás exactamente dónde perteneces.
Sabía que no pertenecía a mis antiguos trabajos. Sabía que podía hacer más.
Hace dos años tomé una decisión que cambió mi vida para siempre, y apenas estoy empezando. Hoy, trabajo cada día por mi pasión, y esto es solo el comienzo.
Desde que comencé este camino, descubrí el campo que realmente me apasiona. Al darme cuenta de que podía programar, supe que quería unir mi amor por la educación con el deseo de ayudar a personas como yo, personas que buscan hacer más, mejorarse y seguir adelante. Así fue como conocí el mundo de EdTech, que me regalo la oportunidad de combinar mis pasiones y enfocar mi carrera en hacer que aprender sea un poco más divertido y accesible cada día.
Sé que aún me queda mucho por aprender, pero ya he construido las bases necesarias para creer en mí misma. Para que la futura Daisy pueda mirar atrás y sentirse orgullosa de todo lo que he logrado.
Mi Mensaje:
Existe una gran oportunidad en el mundo de la tecnología educativa para crear contenido más enfocado en los desarrolladores. Muchos desarrolladores experimentados no quieren enseñar, y muchos educadores no quieren aprender a programar. Pero este mundo se mueve rápido, y debemos movernos con él.
A los expertos: Domina tu habilidad y devuélvele al mundo contribuyendo con tu tiempo: mentorea, da tutorías, enseña o crea. Hay innumerables formas de hacerlo.
A los educadores: La tecnología es imposible de ignorar, y si tu pasión es la educación, no le tengas miedo a aprender a programar o una rama de ella. Te garantizo que al principio será abrumador, pero cuando empieces a ver las posibilidades, querrás unirte al grupo de los que siempre estamos mejorando…
porque en este mundo, las habilidades no tienen límite.
Daisy Gonzalez